El viernes pasado la Ciudad de México estuvo caótica. En cuanto confirmaron que pasaríamos a semáforo rojo del 19 de diciembre al 10 de enero, la gente comenzó a abarrotar las tiendas con el fin de comprar regalos durante el último día sin restricciones.
Entre coraje y asombro me preguntaba… ¿Es en serio?
Llevo varios días pensando y planteándome promover con mi familia una navidad mas consciente y disfrutar de estas fechas desde el agradecimiento, el amor y la unión familiar, más no desde el consumismo y materialismo.
Desde pequeña siempre me ha dado ilusión esta época. En mi infancia, pasaba días de reuniones familiares, con mis tíos, primos, abuelitos; con comida deliciosa (en grandes cantidades) y por supuesto; con muchos regalos. Claro que me encantaba dar y recibir regalos, aún me encanta. Pero en esta época tan difícil y delicada, ¿por qué no apelamos a disfrutar de una forma más consciente y humilde? Te propongo reflexionar en una Navidad sin excesos en gastos, en comida, obviamente en reuniones; te propongo ser responsable.
En lo personal tendré una navidad con mi familia nuclear.
Disfrutaremos de recetas especiales que únicamente comemos en esta época del año. Jugaremos en familia y abriremos regalos que compramos de forma consciente.
Como dice mi papá “no se trata de comprar por comprar”. Es mejor compartir y demostrar el amor que nos tenemos, pero sobre todo en agradecimiento a la bendición de estar juntos en esta crisis mundial.
En esta época, te invito a ser empático ante los problemas de salud, sociales y económicos que estamos viviendo. Por un motivo u otro, habrá gente que no se pueda reunir con su familia en esta fecha, que no pueda dar una cena o que no pueda comprar regalos. El ánimo que predomina no es el mejor, nos sentimos tristes, impotentes, nerviosos, desesperados, con angustia. En estos días te invito a poner atención a lo que realmente vale la pena. Es normal sentirnos afectados, pero la vida es como tu decidas.
Así que, en medio del caos, del miedo y de la incertidumbre, suspira y recuerda que a pesar de todo estamos aquí para disfrutar la vida.
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