Se que muchas hemos experimentado sentir “egoísmo” cuando nos anteponemos a la gente que queremos, cuando nos damos amor, amor propio.
¿A qué me refiero?
Muchos años pasé poniéndome en último lugar; mi tiempo se repartía entre mis hijas, mi esposo y mi trabajo. ¿Y yo? Yo dejé de darme tiempo para mi, para hacer ejercicio, para salir con mis amigas, para tomar un café, para sentarme a leer, para comprarme algo. Realmente me sentía egoísta cuando lo hacía, era ese sentimiento de angustia por disfrutar un momento para mí y no de disfrutar el momento.
Creo que es una cuestión cultural, que como mamás estemos dispuestas a sacrificar nuestros deseos y nuestros sueños para darles todo a los demás. Nos olvidamos que de alguna forma, necesitamos estar enteras, plenas y en equilibrio emocional para sentirnos realizadas y compartir con nuestros seres queridos la abundancia de sentirnos bien.
Debo confesar que cuando mis hijas eran pequeñas, el exceso de trabajo, el ser demasiado exigente y perfeccionista para que todo estuviera como yo consideraba “perfecto”, hacía que todo el tiempo me sintiera cansada, o como en piloto automático.
“Es que tengo todo y no soy feliz”, me dijo una vez una amiga cuando nos juntábamos a que nuestros niños pequeños jugaran. Sus palabras sonaron en mi cabeza por mucho tiempo y me di cuenta que también me veía reflejada en ellas. Era el agotamiento, el cansancio y la rutina del día a día lo que nos hacía sentirnos así.
Entonces… elegí.
Elegí que quería tener una vida balanceada en todos los sentidos y para eso tenía que darme tiempo para mí. Me conecté nuevamente con mis gustos, con mis sueños y con mi ser. Reubiqué el amor en mí por sobre otros amores (y no quiere decir que no los quiera, al contrario, daría mi vida por ellos). Distribuí mi tiempo, mi trabajo y las responsabilidades en la casa.
¿Qué hice?
Asumir la responsabilidad ser feliz y empezar por mí.
Me di el tiempo para poder hacer ejercicio y sacar mi estrés. Para desayunar o cenar con mis amigas… SIN CULPAS. Tiempo para hacer ejercicio. Tiempo para irme a tomar un café sola y leer, pero también tiempo para disfrutar más a mis hijas, a mi esposo, a mis papás, a mí misma..
En estos días de festejar el amor, celebra el amor propio, no tengas miedo de priorizarte ya que el amor propio no es egoísmo, es salud física, mental y emocional.
Antes que nada quiero felicitarte por seguir tus objetivos y sueños y por ser un ejemplo a seguir, en hacernos ver que como mujeres debemos valorarnos y no tiene nada de malo seguir nuestros sueños,. Te mando un fuerte abrazo y que tengas mucho éxito!
Muy cierto nunca nos habìamos dado cuenta de lo importante que es estar bien tù primero para que todo lo demàs se acomode